Titanium
Blackfin y el titanio, una historia única como este metal.
Trabajamos el titanio desde hace más de 20 años y en todo este tiempo hemos aprendido los secretos para moldearlo, las técnicas para valorizarlo y las habilidades para potenciar todas sus características. Es por eso que una Blackfin no es simplemente una gafa sino una obra maestra de ingenio, diseño y tecnología
Titanio y talento
Dedicación japonesa y genio italiano, es decir, la excelencia de dos mundos al más alto nivel.
El titanio es el alma de nuestras gafas, pero también de todos nosotros. Nos vamos hasta Japón para comprar el titanio más puro del mundo, porque la disciplina milenaria que poseen sus habitantes para dedicarse a la perfección nos asegura, de hecho, una materia prima muy pura. Cuando las placas de titanio llegan a Italia, las hábiles manos de los hombres y las mujeres Blackfin las transforman, con el talento inigualable que los caracteriza, en monturas que son auténticas obras de arte.
Ligereza y resistencia
Ligereza absoluta y resistencia increíble, lo imposible se convierte en posible.
Una Blackfin es única, porque sus características son únicas. En efecto, el titanio con el que se realizan es tenaz como el acero, pero pesa un 40% menos y su resistencia es el doble respecto al aluminio. Se trata de un material extraordinario que precisa habilidades igualmente excepcionales para moldearlo y realizar, cada vez, algo inimitable y estupendo.
Biocompatibilidad insuperable
Confort y bienestar nunca vistos ni usados antes.
Las monturas Blackfin están muy atentas a la estética pero también a la piel y, de hecho, el titanio no provoca alergias e irritaciones, a diferencia de lo que sucede con las gafas en metal.
Asimismo, el Puro Titanio y el Beta Titanio, además de ser naturalmente atóxicos y biocompatibles, no presentan residuos de níquel u otros metales pesados y, precisamente estas características, aseguran un confort excepcional y un bienestar sin compromisos.
Diseño icónico
Una Blackfin tiene un peso mínimo, pero es la máxima expresión de diseño y técnica.
Una Blackfin ni siquiera te das cuenta de que la llevas, pero en esos pocos gramos se encuentra lo mejor que se pueda imaginar: una tecnología a la vanguardia, un diseño increíble y una investigación obsesiva en cada mínimo detalle, para crear gafas que son obras de arte absolutas, plasmadas con las manos pero realizadas también con el corazón.